1 de octubre de 2007

El helado maquiavélico y su pérfido plan.

Estas cosas me pasan por comer helado.
Ya os conté hace un par de semanas que estaba mala y, aunque no quise entrar en detalles, os informé de que era mi garganta la que se había transformado en una especie de estropajo con mala leche. El médico me dio un antibiótico que, en teoría, hizo que mis tripas se revolucionasen... y es que han tenido que pasar dos semanas para averiguar que aquellos polvos con sabor a gominola no eran los culpables de mi malestar... sino el helado de chocolate.
¿Cómo pasó desapercibido su cruel ataque? Pues porque como tenía la garganta llena de viruses variados todo me sabía a alcantarilla, así que me comí el helado con sabor a hámster disecado pensando que en realidad estaba bueno y que era yo la que malinterpretaba su sabor. Por eso.
Pero ha vuelto a atacar y, como esta vez no estaba rellena de bichitos, he sido consciente de que efectivamente estaba malo.
Y aquí estoy, con una especie de alien cabreado en el estómago y analizando las consecuencias de la dichosa intoxicación (menos mal que sólo me comí un trocito, que sino me tienen que ingresar en la u.c.i. y hacerme un lavado de estómago).

* No puedo comer nada aunque sienta un agujero más grande que el de la capa de ozono en las tripas, porque si lo hago mi pequeño monstruo empieza a rugir y termino hecha una pelota encima del sofá y soltando barbaridades por la boca.
* Tengo que beber el agua a temperatura ambiente y poquito a poquito... y teniendo en cuenta que mis tragos de agua se traducen en unos 250 ml de tacada, me resulta bastante frustrante.
* Cierta enfermera me tortura intentando convencerme de que debería tomar manzanilla (¡¡¡aaaaaggggghhhhhh!!!) o té (¡¡¡aaaarrrrrrrrggggggggghhhhhhhhhhhhhhhh!!!), líquidos que siempre he tenido en baja estima y que, según mi modesta opinión, habría que meter en una cápsula y lanzar al espacio dirección al sol para que se desintegren y dejen de molestar en la tierra, porque encima de ser verdes (razón más que suficiente para no tomarlos) saben a jugos gástricos de algún bicho muerto.
* Los alimentos que me esperan en los próximos días son arroz blanco (¡¡ooohhh!!), el agua que sobre de cocer el arroz blanco (aagghh) y pescado hervido, comida que dice alto y claro "¡¡estoy malita!!" y que es la cosa más insípida de la tierra (que nadie intente convencerme de lo contrario, no lo va a lograr), con permiso de la pechuga de pollo hervida, que tampoco se queda atrás.

Así que si me muero de hambre, de sed, o me da un jamacuco, me caigo al suelo y me parto la crisma, que quede claro que ¡¡LA CULPA ES DEL HELADO!!.

P.D. El helado con sabor a Ferrero Rocher no cuenta, ese es muy bueno para la salud y necesario para la subsistencia humana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿has pensado q eso te pasa por viciosa? NOSOTRAS HEMOS RECUPERADO EL PAN BIMBO CON NOCILLA.
TUS PRIMAS