23 de diciembre de 2008

Feliz Navidad.

No, no me han abducido los marcianos ni me he tragado una alcantarilla... sigo vivita y coleando, aunque con unos niveles de estrés que pensé jamás podría alcanzar ningún ser humano. Encerrada en la cocina de mi nueva casa, con dos carpinteros llenándome la sala de polvo (tienen la excusa perfecta: ¡¡ponerme una puerta blindada nueva!!) y a falta de comprar un par de regalos de Navidad, he decidido dar señales de vida (que ya era hora, lo sé) para felicitaros a todos la Navidad y deciros que, aunque no sé muy bien cuándo, prometo reanimar el blog, que ya sé que lo tengo bastante abandonado... pero que conste que es por razones de fuerza mayor, ¿eh?
Desde aquí os mando todos mis buenos deseos y esas cosas típicas navideñas y, sobre todo, fuerzas para la cena de navidad, para comer hasta reventar, para abrir muchos regalitos, aguantar el chaparrón familiar y... ¡¡ser capaces de comeros un kilo de langostinos del tirón!!
Lo dicho:
¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!