2 de mayo de 2009

Mis queridos vecinos.

Mis queridos vecinos, que acostáis a vuestros pequeños gemelos de dos años a las 11 de la noche en los días "normales" y más tarde de las 12 en los fines de semana y festivos.
Mis queridos vecinos, que dejáis vuestras cosas en el rellano de la escalera como si fuese parte de vuestra casa y no una zona común en la que no debería haber nada.
Mis queridos vecinos, que hacéis fiestas en vuestra casa de 40 metros cuadrados invitando a toda la familia y haciendo partícipes (involuntarios, por supuesto) de vuestras celebraciones al resto de los que vivimos en vuestro mismo edificio.
Mis queridos vecinos, que pasáis la aspiradora a las 10 de la noche aún sabiendo que el suelo de la casa es de madera y molestáis a todo el mundo.
Mis queridos vecinos, que despertáis a mi pobre hijita por culpa de vuestros ruidos y brusquedades.
Mis queridos vecinos, que parece que participáis a diario en una competición de portazos.
Mis queridos vecinos, que no sentís respeto por nada ni por nadie. Que sois motivo de mis más profundos y malvados pensamientos. Que inspiráis maldades diversas en mí.
Mis queridos vecinos... algún día venderé esta casa (o la alquilaré) y buscaré a un nuevo inquilino ruidoso, sucio y maleducado para que os haga companía. Para que os sintáis como en casa. Para que, en definitiva, viváis con gente de vuestra calaña.
Mis queridos vecinos...