27 de junio de 2007

Érase una vez una caja enorme con ruedas.


Este es uno de los regalos que le hice ayer a Antonio (zorionak laztana!), que me ha dado muchos dolores de cabeza (el regalo, no Antonio) pero que finalmente se ha convertido en una caja de la que estar orgullosa.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

zorionak a los dos,
a tí por haber robado parte del espacio y a Antonio por cumplir años y ser el detsinatario de tan maravilloso regalo. La agente de viajes

Antonio Teixeira dijo...

Es un regalo muy útil a la par que bonito.
A ver con que la rellenos ahora ... ¡¡qué difícil!! tardaré algún tiempo en optar por algo ...

Anónimo dijo...

Está muy bien. Está guapa.

Orlando Jesús Kuñau

Anónimo dijo...

¡Claro que puedes estar orgullosa de la caja!. Y Antonio puede estar orgulloso de que su mujercita le haga éstos regalos tan exclusivos. ¡Ni el rey tiene una caja igual!.

Anónimo dijo...

Fantástica, te ha quedao muy bonita. Teixeira debería llevarla por la oficina un día, para observarla bien.

Felicidades a los dos. :)