31 de mayo de 2008

Un monólogo para llorar... de risa, claro.

Hace tiempo tuve la oportunidad de escuchar un monólogo sobre la seguridad en los aeropuertos y puedo asegurar (con permiso de Piedrahita) que jamás había llorado tanto de risa en tan poco tiempo.
Lo busqué... y no conseguí encontrarlo... hasta anoche.
Aquí os dejo un fragmento (lo siento, es todo lo que he encontrado)... ¡espero que os guste!

23 de mayo de 2008

Mi lavadora...

... tiene voluntad propia... ¡¡y es muy terca!!
Yo no sé qué le pasa últimamente, pero es como si estuviese atravesando una adolescencia rebelde y le diese por llevar lo contraria... ¡¡necesito una psicólogo de lavadoras!!
La verdad es que no me complico demasiado la vida y siempre lavo la ropa igual (agua fría y un programa de hora y media, más o menos), pero desde hace un par de meses, ¡mi lavadora hace un prelavado! Así, sin más. Sin preguntar. Sin avisar (que te vas tú toda feliz a hacer un recado y cuando vuelves descubres que la ropa está sin lavar... ¡qué bien!). Sin dar explicaciones a nadie. Y, por si todo eso fuese poco se pone en plan borde y, por no dejar, no me deja ni abrir la puerta.
No había hecho nada así desde que mató la mantita y yo pensé que se había formalizado, que era una lavadora buena y bondadosa y que trataba a todas las cosas igual... pero está visto que no. Porque encima es selectiva: casi nunca hace prelavado con las sábanas, sólo se ceba con el resto de la ropa... ¿será que tiene envidia porque ella no usa calcetines ni camisetas?
¿Qué puedo ofrecerle para que se comporte como un electrodoméstico normal y no me traicione?, ¿existe algún tipo de chantaje emocional aplicable a una lavadora?, ¿le intimidaría si le amenazo con usar jabón cutre del "todo a cien"?

13 de mayo de 2008

La (extraña) visita al dentista.

Hoy he ido al dentista a una revisión... y ha empezado raro el asunto, porque la semana pasada fui a una limpieza y, aunque la lógica dice que sería más normal hacerlo al revés (primero revisión, después limpieza) se empeñaron en hacerlo así. Pues vale.
Detalles sobre la limpieza aparte (a la chica debieron caerle mal mis encías porque se cebó con ellas a gusto, sobre todo con la zona de las paletas superiores), lo de esta tarde ha sido como una especie de película de ciencia ficción.
He entrado en la consulta, he mirado con respeto a la camilla esa que tienen y que acojona sí o sí (casi tanto como la del ginecólogo), me he sentado y me he preparado para el foco en la cara y para ser interrogada por un ser extraño que sólo tiene dos ojos y una mascarilla en la cara.
"Me recuerdas a mi prima" (esa ha sido la primera frase que he oído)... "bueno, quizá te pareces más a mi tía... pero en joven, claro" (¿es cosa mía o me está haciendo la pelota?)... "¿cuántos años tienes?, ¡¡28!! pues pareces más joven" (definitivamente , me está haciendo la pelota).
Después de eso me ha metido un espejo en la boca, me ha sobado los labios, ha estado a punto de desencajarme la mandíbula y me ha empezado a echar aire a través de un tubito... ¿para qué? Es un misterio para mí. Entonces se ha apartado, se ha quitado la mascarilla (todo esto lo supongo porque entre que estaba sin gafas y tenía la luz en la cara no veía demasiado bien, la verdad) y ha dicho "con bocas como esta, los dentistas nos arruinaríamos".
¡¡Mola!!
Parece ser que tengo la boca genial, sin una caries, ni una mínima inflamación; me ha pedido que no haga propaganda del cepillo y la pasta de dientes que uso (el cepillo de es "Vitis" y la pasta de "Lacer"... jejeje...) y que siga así... todo precioso, ¿verdad? Pues ahora ha venido lo mejor de todo... cuando estaba a punto de levantarme, se ha inclinado sobre mí, me ha metido no sé qué cosa metálica en la boca y me dice... ¡¡¡que tengo bruxismo!!! ¿Qué? Me he quedado a cuadros. Claro, yo seguía ahí, salivando más que el perro de Paulov (o como se escriba)... ¡¡y sin poder defenderme!!
Resulta que hace unos 20 años (que se dice pronto), estaba en el parque con mi aita, mi hermano y la bici y decidí tirarme en plancha contra una barra metálica que había en el suelo... el resultado fue que me hice un agujero en la rodilla, me destrocé el labio y me hice una especie de fisura en la paleta... que lleva conmigo desde entonces y que, aparte de no haberme dado ningún problema, es mi seña de identidad.
Claro, ella ha visto un diente "roto" y se ha montado la película mental de que necesitaba una especie de prótesis (que cuesta 150 euros, ahí es nada) y de que poco menos que se me iban a caer todos los dientes si no me la ponía... y cuando he conseguido contarle la historia, ha intentado buscar otra manera de convencerme:
"¿Te duele la cabeza cuando te despiertas?" No.
"¿Duermes con la boca cerrada? No (de hecho, la babilla mañanera demuestra lo contrario).
"¿Te duele el cuello?" No.
"¿Haces ruidos raros al dormir?" No.
"¿Te duele la mandíbula?" ¡¡¡¡Que nooooo!!!!
"De todas maneras yo creo que vas a tener bruxismo, ¿eh? Aunque no tengas ningún síntoma y no haya nada que me haga pensar que es verdad... salvo los 150 euros que cuesta el remedio..." vale, eso último no lo ha dicho, pero seguro que lo ha pensado.
Así que he salido convencida de que me estaba intentando vender la moto... teoría que se ha confirmado cuando le ha dicho exactamente lo mismo a mi marido... y que se tiene que hacer un reconstrucción... ¡¡por una simple caries!! No sé... en mi pueblo para las caries te ponen empastes, no un andamio.
Conclusión: buscaremos otro dentista del que nos fiemos... ¡¡porque esto huele a podrido!!

9 de mayo de 2008

Disculpas.

Siento estar desaparecida...
Siento no escribir desde hace tiempo...
Prometo volver pronto...
Demasiados cambios en poco tiempo abruman a cualquiera...

5 de mayo de 2008

La basura.

¿Por qué cuesta tanto bajar la basura? Es una duda que me reconcome las entrañas y me quita el sueño cada noche. Quizá en parte sea por culpa de las 800 bolsas con las que nos juntamos a cuenta de lo del reciclaje: la del papel, la de los residuos orgánicos, la de los envases, la de las pilas (he llegado a reunir suficientes pilas como para poner en funcionamiento todos los mandos de la tele del planeta al mismo tiempo)... y lo que eso conlleva, porque entre ir a un contenedor y otro pueden pasar tranquilamente 15 minutos desde que has salido de casa.
Pero la que más cuesta (junto con las garrafas de agua, que son otra historia) es la basura de toda la vida, esa maloliente y pegajosa bolsa que se llena a diario y a la que nadie quiere hacerle el nudo: puedes seguir metiendo cosas en ella incluso a sabiendas de que va a ser imposible cerrar la tapa del cubo... pero siempre crees que la persona que viene detrás lo hará por ti... y nunca pasa, claro.
Así que para cuando te decides la bolsa pesa tonelada y media, huele a muerto y gotea, que es lo peor del mundo, porque para no mancharte estiras tanto el brazo que acabas con una agujetas en el hombro de las que hacen historia.
Eso mismo pasa con las garrafas de agua de 5 (u 8) litros... pero más exagerado porque el contenedor de la basura normal (al menos en mi casa) está al lado del portal y, de lo malo malo, te pilla a mano tirarla, pero el de los envases... ese está lejos (en realidad está a medio minuto de casa, pero da una pereza que te mueres ir hasta allí sólo para eso y más si luego tienes que volver hacia atrás para montarte en el coche), así que decides que no vas a ir hasta allí sólo con una garrafa... claro, eso te lo dices a ti mismo durante una semana... y acabas bajando con 10 garrafas repartidas en las dos manos (en mi caso, 9 en la derecha y 1 en la izquierda) que te impiden abrir la puerta del portal (por no mencionar que no puedes cerrar la de casa sin soltarlas), siempre se te caen cuando alguien te está mirando y hace que la gente se fije en tí y ponga cara de, "¿pero desde cuando no bajas la basura?".
Pero es ley de vida, a todos nos pasa (¿o soy yo la única rara?)... siempre y cuando no tengas visita en casa, porque entonces te da vergüenza y la bajas religiosamente todos los días, no vaya a pensar que tienes el síndrome de Diógenes o algo por el estilo.

3 de mayo de 2008

No sé guardar secretos...

... al menos no uno de semejante dimensión...

¡¡¡ESTOY EMBARAZADA!!!

Sé que muchos ya lo sabíais (ventajas de ser familiares cercanos... jejejeje...) y que otros tantos me habéis recomendado que espere hasta el terecer mes pero... ¡¡¡no puedo seguir callándomelo!!!
Y después de mucho meditarlo he decidido crear un blog paralelo para que éste mantenga su identidad propia y poder despotricar a gusto sobre dolores, miedos, ropitas de bebé y paranoias relacionadas con el embarazo de un primeriza algo histérica... osea yo :)
Bienvenidos a mi nuevo mundo interior.

2 de mayo de 2008

Mil perdones.

Mil perdones por el tiempo que llevo desaparecida, prometo que no me olvido de mi blog y mucho menos de vosotros (de hecho, cada noche sueño que el blog se convierte en un dragón feo y malvado que me persigue por el pasillo hasta que me encierra en el congelador, hace un polo conmigo y me come... ¡¡aaaahhhhh!!), pero es que todavía no me he recuperado de la resaca de mi cumpleaños (en breve entenderéis por qué) y tengo la cabeza en otra parte (allá por Plutón, ese pobre planeta al que ya nadie quiere y que las futuras generaciones considerarán una simple piedra en el espacio exterior).
Prometo volver cargada de energías y contaros más historias (¿por qué cuesta tanto tirar la basura?... creo que esa es la próxima duda existencial a tratar), entre ellas que mi adoradísima amiga Marta me ha dado otro premio y que todavía ni siquiera se lo he agradecido... ¡¡estoy hecha un desatre!!
Pero en serio, no os olvidéis de mí... ¡¡¡sigo estando aquí!!!