28 de noviembre de 2007

Triste destino para un jabón.

¿Qué pasa con los pequeños jabones de los hoteles?, ¿por qué todo el mundo los roba aunque no los necesite?, ¿por qué te los quitan una vez abiertos?
Tú vas a un hotel, abres el sobrecito que envuelve el jabón para lavarte las manos y, aunque la pastilla está prácticamente intacta... ¡¡al día siguiente siempre te la cambia la de la limpieza!! Da igual que no haya menguado de tamaño y que siga cumpliendo con su función de quitar la mugre de las manos... ¡¡nunca te dejan volver a utilizarla!! Y es algo que no comprendo, y menos hoy en día con la "moda" del reciclaje.
Me dan mucha pena porque, ¿qué hacen con ellas?, ¿las tiran?, ¿las derriten y las vuelven a convertir en pastillas de jabón?, ¿van perdiendo categoría y lo que empezó siendo un jabón de hotel de 5 estrellas acaba en el baño de una cutre pensión?, ¿alguna vez me habré lavado las manos con la misma pastilla que algún famoso?
Luego está el envoltorio, que siempre es de propaganda del sitio en el que estés alojado, aunque sea tan cutre que hayan tenido que destinar el dinero del "mataratas" a imprimir las dichosas bolsitas para el jabón.
Y eso me hace pensar... ¿cambiarán las pastillas queriendo para que te las lleves siempre? (nadie roba un jabón sin plastiquito, está demostrado), ¿creerán que así consiguen que su hotel tenga propaganda gratuita?, ¿no saben que siempre acaban en algún cajón del baño, esperando a que llegue el día en el que te hartes de verlas y las tires a la basura?, ¿que lo único que logran es que se te dibuje una sonrisa al verla y pienses "es verdad, estuve aquí"?, ¿o quizá es oparte del experiemto de un científico loco que se mete por las noches en nuestros baños y nos pone jabones de sitios en los que nunca hemos estado para intentar inculcarnos recuerdos falsos?, ¿sería eso posible?, ¿alguien tienen recuerdos de un sitio del que no tiene ninguna foto ni souvenir... salvo la pastillita de jabón?
Estas son algunas de las dudas existenciales que me ha creado mi recienete visita a Barcelona... por cierto, la pastillita de jabón del hotel está en mi baño... jejejeje...

27 de noviembre de 2007

Es una historia verídica: lo juro.

Hoy me he levantado a las 6:50 de la mañana (¿o debería decir madrugada?) y, a pesar de que dadas las horas todavía no había sido capaz de abrir los ojos y que las tres cuartas partes principales de mi cerebro estaban dormidas, he visto una luz extraña que entraba por la ventana... ¡¡fuego!!
Para mi sorpresa, la vecina de enfrente (que yo hasta ahora consideraba una persona en sus cabales) tenía montada una especie de fogata en su azotea y estaba quemando cartones... o al menos eso es lo que yo pensaba. Como es lógico y natural me he alarmado, pero el hecho de verla tan feliz al lado del fuego junto con otras 4 personas (entre ellas una chavalita de unos 16 años, con un par de cuadernos en las manos y con cara de "en cuanto acabemos me voy al instituto") me ha tranquilizado bastante, porque digo yo que si se llegan a estar quemando vivos gritarían... aunque sólo sea un poco...
En cuestión de minutos he oído sirenas y han aparecido 2 camiones de bomberos (que se han metido en dirección contraria... pero cualquiera les dice algo, que luego te cogen manía y como tu gato se suba a un árbol y no pueda bajar lo dejan allí hasta que se quede petrificado) y un coche de policía que ha cortado la calle al tráfico.
Primer pensamiento: "¿cómo saco yo el coche ahora si los dos lados de la calle están cerrados?"
Bostezo.
Segundo pensamiento: "qué mala persona soy que hay un incendio enfrente y a mí sólo me preocupa mi coche".
Los bomberos han salido del camión, se han puesto a hablar con las personas que estaban al lado de la fogata y por alguna extraña razón... ¡¡se han ido sin apagarla!! (guay, ya puedo sacar el coche).
He salido a la calle (tenía que irme, no ha sido sólo por morbo y para ver qué pasaba) y tras enterarme de que el fuego llevaba encendido, como mínimo, desde las 5:30 horas de la mañana (flipante), un policía me ha preguntado a qué bendito vecino podía despertar para subir a la azotea y ver el fuego desde arriba porque, sorpresa, sorpresa... ¡¡no querían apagarlo!!
El policía, una vez en la azotea, se ha puesto a gritarle a la dueña de la casa incendiada (y cito palabras textuales... más o menos): "señora, o echa más agua y apaga eso ahora mismo, ¡o le juro por mi madre que tiro la puerta, vuelvo a llamar a los bomberos y le inundamos la casa!".
A todo esto, en la puerta de la casa estaba una de las amigas de mi vecina loca, indignadísima porque alguien había llamado a los bomberos: "¿a cuento de qué yo no puedo hacer lo que me dé la gana dentro de mi casa?". Y por si todo esto fuera poco, el otro policía ha dicho que la señora estaba quemando ¡¡una nevera!!
¿Una nevera?, ¿cómo se quema una nevera?, ¿para qué? Porque que se ponga a quemar cartones (o lo que sea) a las 5:30 de la mañana ya es como para meterla en un manicomio pero... ¿una nevera?, ¿nadie le ha dicho que tienen un gas inflamable?, ¿pretendía calcinarla hasta el punto de que se convirtiese en ceniza y luego echarla a reciclar?, ¿por qué no la lleva a un punto limpio, como todo el mundo?
Y analizándolo más detalladamente... ¿por qué había gente en su casa?, ¿lo tenía planeado?, ¿no ha sido un arranque de histeria acordándose de algún ex novio malvado que se dedicaba a fabricar frigoríficos?, ¿por qué no ha dejado entrar a los bomberos?
Yo he tenido que irme y, para cuando he vuelto, todo había vuelto a la normalidad (excepto el suelo quemado de la zotea, claro)... procuraré enterarme de más detalles.
P.D. Antonio, ¿¡¡a dónde me has traído a vivir!!?

23 de noviembre de 2007

Moribundo ha muerto... otra vez :(

Es un hecho, Moribundo ya no está con nosotros... bueno, todavía sí porque aún no lo he sacado del acuario (me da repelus... y mi maridito es muy bueno y hace esas cosas por mi): está en el fondo, tripa-arriba, gordo como una bolla y cada vez más transparente.
Y es un trauma que tengo, porque he comprado dos peces de ese estilo (se llaman guerreros del Siam)... y los dos se han muerto.
El primero fue un regalo de santo (o cumpleaños, no me acuerdo): le compré una pecera pequeñita, le puse una planta de plástico y hasta le dibujé peces en las paredes (por fuera, no se fuera a intoxicar) para que no se sintiese solo... pero no hubo manera. Duró exactamente tres días (incluidos los dos que estuvo escondido para que no lo viese Antonio, que era el que lo iba a recibir). Se metía debajo de la planta de plástico como si se estuviera tapando con la hoja... y me hacía gracia porque parecía que estaba medio muerto (de ahí lo de Moribundo)... al ver que el pobre bicho estaba malito lo pasamos al acuario grande, para que tuviese agua calentita y limpia todo el rato... pero aún así se fue al cielo de los peces (¿cómo será el infierno de los peces?, ¿una pescadería?, ¿qué peces irán allí?, ¿cómo puede pecar un pez?, ¿acaso no son todas buenos menos las pirañas?, ¿o es que sólo hay pirañas en el infierno?).
Fue una pérdida dolorosa, porque era un pez muy mono.
Un año más tarde volví a intentarlo y compré otro pez igual: Moribundo 2 (aunque este siempre ha parecido sano... hasta el final, claro). Estuvo en el acuario desde el principio, se hizo amigo de los demás, me daba besitos cuando les cambiaba el agua y se le veía feliz, de un lado para el otro y durmiendo cada noche sobre la tapa del filtro... Hasta que un día se quedó preñado (cosa sorprendente teniendo en cuenta que era macho).
Empezó a engordar, tanto que parecía que estaba incubando manada y media de dinosaurios gigantes... pero se le veía contento. Siguió poniéndose más y más gordo, hasta el punto de que la piel se le estiró tanto que empezó a quedarse transparente (era morado oscuro), y entonces miramos por internet a ver si averiguábamos qué le pasaba. Había dos opciones: una enfermedad mortal o estreñimiento patológico llevado al extremo. Decidimos quedarnos con la opción dos... más que nada porque tenía cura.
En la tienda de peces nos dieron una comida especial (que en teoría era laxante) y nos dijeron que si no veíamos mejora le apretásemos un poco la tripa (¿en serio?, es como si a ti te pasan una apisonadora por encima porque estás estreñido...).
Tuvimos que hacerlo (lo de apretujarlo), pero el resultado fue nulo: siguió tan gordo como siempre, pero encima le arrancamos escamas y estuvo un día hecho polvo sin poder mover una aleta.
Se recuperó del trauma y ha sido un pez feliz... hasta hoy (al menos eso quiero pensar). Ayer ya estaba algo más raro de la habitual, tirado en el fondo y casi sin poder moverse... y esta mañana ha llegado su cruel final: ha muerto.
Supongo que tenía esa enfermedad extraña (de ahí que se fuese poniendo transparente) y no un estreñimiento salvaje... sea como sea, nunca le olvidaré.

17 de noviembre de 2007

Gracias.

Gracias por encontrarme aquel día en el chat.
Gracias por no pedirme que dejen de gustarme los peluches.
Gracias por cuidarme cuando estoy malita.
Gracias por saber aguantarme los días en los que sólo quiero esconderme detrás de un cojín.
Gracias por dejar que me suba a los columpios.
Gracias por intentar explicarme cosas del espacio, aunque sigo diciendo que Plutón es un planeta.
Gracias por reírte cuando te pongo disparates en el blog.
Gracias por dejarme trastocar toda tu vida cuando aparecí cargada de maletas hace casi 5 años.
Gracias por acompañarme al cine a ver "pelis de niños" (reconócelo, a ti también te gustan).
Gracias por apreciar todas las manualidades que hago, aunque algunas me salgan fatal.
Gracias por decir que mi "bizkotxo" de limón es el mejor del mundo.
Gracias por cuidar de mis cactus (sin ti habrían muerto hace meses).
Gracias por dejarme entrar en las jugueterías siempre que quiero.
Gracias por pelar tonelada y media de patatas cada vez que te lo pido.
Gracias por haberme cedido más de la mitad de la habitación del caos.
Gracias por la boda tan increíble que me hiciste vivir.
Gracias...

8 de noviembre de 2007

Kung fu.

Hacía tiempo que no ponía ningún vídeo de bebés, así que he decidido terminar con esa racha.
Si algún día tengo un niño, espero que no se parezca en algo a este... ¡¡me daría mucho miedo!!
¿Quién dice que las artes marciales están en peligro de extinción?

6 de noviembre de 2007

La cola del supermercado.

Ésta mañana he ido al supermercado y, aunque no he tenido el "placer" de pasar por la charcutería, he vivido la experiencia que posiblemente más me cabrea: soportar a la gente que se pone detrás de ti para que les dejes colarse.
No puedo con ellos.
Hoy en día todos los supermercados grandes del mundo tienen cajas para pocos artículos o, en su defecto, para cestas, pero hay un grupillo de gente desconsiderada que no las utiliza, poniéndose en otras y tratando de dar pena.
He aguantado la cola como una bendita (3 carros tan cargados o más que el mío, y puedo jurar que a mí no me cabía ni un alfiler más) y, casi cuando estaba a punto de empezar a poner las cosas en la caja, tras de mí ha aparecido una pareja ¡¡con sólo 2 botellines de agua!!
El primer instinto ha sido decirles "pasad", pero entonces me he dado cuenta de que estaba justo al lado de la zona de cajas sólo para cestas, así que me he reprimido, y si a eso le sumamos que han empezado a mirarme con cara de "desde luego, ¿no nos vas a dejar pasar?, qué mala persona que eres"... pues me he ido cabreando por momentos.
Y encima se han puesto a chismorrear entre ellos, diciendo que siempre dejan pasar a la gente cuando sólo llevan una cosa... ¡¡pero tendrán morro!! Fijo que esos dos no cuelan ni a una embarazada en plena contracción.
Lo que más me fastidia es que dan por hecho que les vas a dejar pasar; probablemente y si no hubiese sido por las circunstancias, lo hubiese hecho... pero me revienta que tenga que ser por obligación, y no porque me apetece hacer la buena acción del día.
Ya sé lo que estáis pensando: "eso lo hacemos todos, seguro que tú también te has puesto detrás de alguien esperando darle penita para que te deje pasar"... vale, sí, lo reconozco, y si ha salido de esa persona el colarme se lo agradezco, pero no le acribillo a miradas asesinas si no lo hace.
Así que os pido desde aquí que seáis valientes, que os enfrentéis a sus miradas asesinas y digáis alto y claro ¡¡VÁYASE A LA CAJA DE POCOS ARTÍCULOS Y DÉJEME VIVIR TRANQUILO!!

3 de noviembre de 2007

Érase una vez...

Me ha costado mucho tiempo, darle mucha caña al pobre emule (que ha estado a punto de declararse en huelga por exceso de trabajo) y muchas intentonas pero, por fin, puedo decir que ¡¡TENGO TODAS LAS SERIES DE "ÉRASE UNA VEZ..."!!
Por si alguien se lo está preguntando, son éstas: el cuerpo humano, el hombre, los inventores, el espacio y los exploradores.
Me siento realizada :)
Al final he conseguido descargarme hasta las que no he visto nunca, pero que tienen casi el mismo encanto que la del cuerpo humano, esa con la que crecimos y que tanto nos ayudó a entender qué eran las plaquetas y cómo funcionaba nuestro complejo cuerpo.
He tenido que comprar una tarrina completa de dvd´s porque las series completas ocupan como un millón de gigas y como no las quite pronto de la memoria del ordenador va a terminar por explotar... aún me falta grabarlas, pero eso se hace en un momentito.
Y si a eso le sumamos que mi proyecto de recopilar las series de nuestras infancia ha alcanzado las escalofriante cifra de 344 archivos (entre series, dibujos animados, programas y alguna curiosidad más), puedo decir que he cumplido uno de mis propósitos para el 2.007... ¡¡qué guay!!