13 de abril de 2007

Descongelar o no descongelar... he ahí la cuestión.

No sé qué me pasa. Cada noche es lo mismo. Estoy tirada en el sofá y soy consciente de que tengo que ir a la cocina a sacar comida del congelador para el día siguiente; sé que debo hacerlo... pero algún tipo de fuerza me lo impide. Suelo acercarme al pedazo de frigorífico (de esos que salen en las series americanas, los que son como un armario de grandes y tienen dos puertas, una a cada lado), abrir la puerta del congelador y quedarme mirando atentamente lo que hay dentro... "¿y yo qué sé que voy a querer comer mañana?"; y lo peor es que el 90% de las veces no saco nada, así que al día siguiente me vuelvo loca intentando improvisar algo decente y con la frustración de saber que mi congelador está lleno de cosas con un gran potencial, que posiblemente se estarán riendo a carcajadas mientras gritan "¡nos hemos librado!". ¿Por qué no aprendo?, ¿por qué no soy capaz de descongelar comida el día anterior?... y encima estoy segura de que, a pesar de colocar un cartel gigante en la cocina en el que ponga "DESCONGELA COMIDA PARA MAÑANA", no le haría caso. Porque a veces, de tanto leer una cosa, dejas de tomarla en serio, aún sabiendo que es cierta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Por qué no sacas al buen tun-Tun algo para comer mañana?. Cuando lo fueses a cocinar ¡¡SORPRESA!! no era lo que pensabas pero no tienes más remedio que cocinarlo, y así vas vaciando ese frigo tan de película y pudes reponer otros alimentos. También me permito un pequeño consejo....NO SEAS PEREZOSA y ¡¡¡HAZLO!!!

Anónimo dijo...

Me gusta la sugerencia de "elbarenevel". Haz la prueba y cuéntanos que tal te vá.