Todos sufrimos alguna vez: es algo inevitable y que, sin duda alguna, nos hace más fuertes. Pero solemos olvidar el dolor que eso nos causó y tratamos de recordar únicamente lo que aprendimos de esa situación o, sencillamente, el momento en el que se quedó en el pasado.
Pero a veces, durante los sueños, el dolor vuelve a aparecer. Sientes de nuevo esa presión en el corazón, esa falta de aire y la sensación de que esta vez no vas a poder superarlo... aunque sepas que es un sueño. Tratas de despertar, de volver a la realidad para decirte a ti mismo que ya pasó, que no has vuelto al pasado como si vivieses en el peor de los infiernos, que, sencillamente, tu mente te ha jugado una mala pasada haciéndote revivir algo que considera importante, aunque tú desees enterrarlo en lo más profundo de tu corazón y dejarlo allí, abandonado... para no volver a verlo jamás.
Quizá es una manera que tiene nuestro cerebro de recordarnos que es mejor no olvidar las cosas con tanta facilidad... o tal vez es que todos tenemos una pequeña parte a la que le gusta sufrir... aunque sólo sea para recordar que fuimos capaces de salir adelante.
Pero a veces, durante los sueños, el dolor vuelve a aparecer. Sientes de nuevo esa presión en el corazón, esa falta de aire y la sensación de que esta vez no vas a poder superarlo... aunque sepas que es un sueño. Tratas de despertar, de volver a la realidad para decirte a ti mismo que ya pasó, que no has vuelto al pasado como si vivieses en el peor de los infiernos, que, sencillamente, tu mente te ha jugado una mala pasada haciéndote revivir algo que considera importante, aunque tú desees enterrarlo en lo más profundo de tu corazón y dejarlo allí, abandonado... para no volver a verlo jamás.
Quizá es una manera que tiene nuestro cerebro de recordarnos que es mejor no olvidar las cosas con tanta facilidad... o tal vez es que todos tenemos una pequeña parte a la que le gusta sufrir... aunque sólo sea para recordar que fuimos capaces de salir adelante.
4 comentarios:
Dolor... He leido varias veces con suma atención tu comentario. Es cierto, todos sufrimos alguna vez. En ocasiones, a mi también me ocurre que tengo esas horribles pesadillas y cuando despierto trato de analizar mis errores pasados y el daño que pude ocasionar y las consecuencias que mis actos depararon.
Si, estoy de acuerdo contigo en que nuestro cerebro y también el corazón tienen una manera muy peculiar de enseñarnos nuestro pasado y nos invitan a no olvidar, y recapacitemos en no volver a cometer aquellos fallos, a rectificar y que así podamos superarnos e ilusionarnos al comprobar que el presente es mucho mejor, que efectivamente, fuimos capaces de salir adelante, con la inmensa ayuda de esas PERSONAS QUE TE QUIEREN, y sin decirte nada sabes que te apoyan, las tienes a tu lado... que cuentas con ellas.
Me revelo contra esa parte nuestra a la que le gusta sufrir.
Pregunta... ¿que crees que es lo mejor?
OLVIDAR Y NO PERDONAR.
PERDONAR Y NO OLVIDAR.
NI OLVIDAR NI PERDONAR.
Yo, me apunto a la segunda.
Diría que perdonar pero no olvidar... pero sinceramente creo que es muy difícil llegar a perdonar algo que no has olvidado... y a mí me cuesta mucho olvidar las cosas.
Quizá, simplemente, aprendes a vivir con ello. Aunque no hayas perdonado. Y muchos menos olvidado.
Tengo que darte la razón. Es muy dificil perdonar aquello que no olvidas. Me imagino que es como una profunda herida que te causaron en una maldita batalla, de una maldita guerra, que te destrozó, pero con el tiempo (dicen todo lo cura?) se ha cerrado y no sientes "dolor", dejando para su recuerdo una gran cicatriz la cual te retrotrae al pasado y vuelven a tu memoria aquellos terribles infiernos...
Yo, trato de perdonar y si puedo no recordar, y también tengo que PEDIR PERDON.
L0s malos recuerdos son traidores pero,si antepones los buenos recuerdos se puede vivir "casi feliz".Es cuestion de ver la botella "MEDIO LLENA" MUXU AUNDI BAT
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