PRIMER PASO.
Vete a Ikea y compra un mueble, algo vital para llevar a cabo el propósito final. Se han dado casos de gente que ha intentado montarlos tan sólo pensando en ellos... y no funciona. Sería el chollo del siglo, pero no se puede hacer.
SEGUNDO PASO.
Apáñatelas como puedas para llevarlo hasta tu casa, meterlo dentro y buscar una habitación en la que poder montarlo. Para saber cuál te sirve tienes que sumar el tamaño del paquete x 2 (para cuando lo abras); el espacio que necesitas tú con todos tus miembros moviéndose como unos posesos a la velocidad de la luz (créeme, lo harán); las herramientas necesarias para montarlo (no, no todas vienen con el mueble, aunque tú creas que sí) y entre 5 y 10 metros cuadrados más (según lo que te puedas permitir), por si te entra un ataque de histeria durante la faena y te pones a gritar como un poseso. Si por casualidad tienes alguna habitación acolchada e insonorizada, mejor que mejor, así los vecinos no llamarán a la policía.
TERCER PASO.
Cuando tengas el paquete abierto, busca las instrucciones (a veces, para poner a prueba nuestra inteligencia, no las ponen arriba del todo... eso, o es que lo has abierto al revés... ¡¡torpe!!) y, ¡ATENCIÓN!... ¡¡MÍRALAS!! Sí, sí, como lo oyes, hay que mirarlas. No vas a ser menos listo por ello. Ni vas a quedar mal. De hecho, si lo haces, hasta es posible que seas capaz de montarlo bien a la primera. No es una leyenda, lo he comprobado.
Es probable (por no decir seguro) que al primer vistazo todo te parezca complicadísimo e ininteligible, pero te prometo que se pasa. En serio. Ante todo, no pierdas los nervios, tú eres capaz de eso y mucho más (esto parece un libro de autoayuda).
CUARTO PASO.
Hay que familiarizarse con las cosas: coge el paquete de los tornillos (o lo que sea que traiga ese mueble en concreto), ábrelo y, mirando a uno fijamente, di en alto "sólo eres un tornillo, aunque tengas un nombre raro... no vas a poder conmigo". Puede parecer ridículo, pero es que son como los perros: huelen tu miedo. Tienes que ser firme y demostrarles que controlas la situación... aunque te sientas totalmente desbordado con tanto paquetito, tornillito, llavecita y tuerquecita (lo de los diminutivos no es para quitarles importancia, es que realmente suelen ser enanos).
QUINTO PASO.
Sigue las instrucciones paso a paso, nada de saltarse un par de páginas "porque no son importantes" o hacerlo de memoria. Fíjate bien en los dibujitos y ten en cuenta que, si se han molestado en recalcar algo no es porque son así de guays o porque estaban aburridos, sino porque es importante. Analiza la pieza que tengas que usar en ese momento y asegúrate de que es esa antes de colocarla... da igual que para lograrlo tengas que darle un montón de vueltas al dibujo o incluso girar sobre la pieza en sí como si estuvieses haciendo el baile de San Vito... haz lo que sea necesario porque si te equivocas vas a tener que desmontarlo todo, no intentes convencerte de que "total, es muy parecido, igual así también sirve".
SEXTO PASO.
Si rompes algo, pierdes algún tornillo, descubres que una de las maderas está un poco estropeada o cualquier tipo de percance (que seguro pasa), no desesperes y, sobre todo, no abandones. Piensa que aunque tenga una punta un poco doblada le vas a querer igual y, al fin y al cabo, podría ser la marca de la casa... lo mismo una banda de ladrones entra a robar en el vecindario, la policía los detiene (ja ja) y recupera las cosas robadas (más ja), y sólo tú puedes identificarlo por esa mella que tanto te traumatizó hacerle... nunca se sabe, la vida da muchas vueltas.
SÉPTIMO PASO.
Si todo ha salido como debería, ya lo tendrás montado, sólo espero que no lo hayas hecho en una habitación de la que lo tengas que sacar... y cuya puerta no sea lo suficientemente grande para hacerlo. A veces pasa.
OCTAVO PASO.
Date una palmadita en las espalda y permítete el capricho de gritar cual lobo que aúlla a la luna "¡¡LO HE LOGRADO!!, ¡¡HE MONTADO MI PRIMER MUEBLE DE IKEA!!".
CONSEJOS PRÁCTICOS.
* Si el mueble lleva cristal tienes que extremar las precauciones... pero sin pasarte. No hace falta sujetarlo como si se fuera a cascar sólo con mirarlo ni añadir 10 dosis más de estrés al montaje, no vas a conseguir nada y lo vas a pasar peor.
* Nunca, repito, nunca, te estrenes en el montaje de un mueble de Ikea con un armario zapatero (sólo es apto para expertos altamente cualificados y que lleven 48 horas de concentración previa). Es posible que jamás superes el trauma y no sólo seas incapaz de volver a la tienda, sino que te saldrá urticaria sólo de ver el anuncio por la tele.
Tu primer mueble, por mucho que montes toda la casa, siempre será especial para ti. Trátalo con cariño y, cada vez que vaya una visita a casa, muéstralo orgulloso.
En mi caso es una mesilla... ¿y en el tuyo?
Vete a Ikea y compra un mueble, algo vital para llevar a cabo el propósito final. Se han dado casos de gente que ha intentado montarlos tan sólo pensando en ellos... y no funciona. Sería el chollo del siglo, pero no se puede hacer.
SEGUNDO PASO.
Apáñatelas como puedas para llevarlo hasta tu casa, meterlo dentro y buscar una habitación en la que poder montarlo. Para saber cuál te sirve tienes que sumar el tamaño del paquete x 2 (para cuando lo abras); el espacio que necesitas tú con todos tus miembros moviéndose como unos posesos a la velocidad de la luz (créeme, lo harán); las herramientas necesarias para montarlo (no, no todas vienen con el mueble, aunque tú creas que sí) y entre 5 y 10 metros cuadrados más (según lo que te puedas permitir), por si te entra un ataque de histeria durante la faena y te pones a gritar como un poseso. Si por casualidad tienes alguna habitación acolchada e insonorizada, mejor que mejor, así los vecinos no llamarán a la policía.
TERCER PASO.
Cuando tengas el paquete abierto, busca las instrucciones (a veces, para poner a prueba nuestra inteligencia, no las ponen arriba del todo... eso, o es que lo has abierto al revés... ¡¡torpe!!) y, ¡ATENCIÓN!... ¡¡MÍRALAS!! Sí, sí, como lo oyes, hay que mirarlas. No vas a ser menos listo por ello. Ni vas a quedar mal. De hecho, si lo haces, hasta es posible que seas capaz de montarlo bien a la primera. No es una leyenda, lo he comprobado.
Es probable (por no decir seguro) que al primer vistazo todo te parezca complicadísimo e ininteligible, pero te prometo que se pasa. En serio. Ante todo, no pierdas los nervios, tú eres capaz de eso y mucho más (esto parece un libro de autoayuda).
CUARTO PASO.
Hay que familiarizarse con las cosas: coge el paquete de los tornillos (o lo que sea que traiga ese mueble en concreto), ábrelo y, mirando a uno fijamente, di en alto "sólo eres un tornillo, aunque tengas un nombre raro... no vas a poder conmigo". Puede parecer ridículo, pero es que son como los perros: huelen tu miedo. Tienes que ser firme y demostrarles que controlas la situación... aunque te sientas totalmente desbordado con tanto paquetito, tornillito, llavecita y tuerquecita (lo de los diminutivos no es para quitarles importancia, es que realmente suelen ser enanos).
QUINTO PASO.
Sigue las instrucciones paso a paso, nada de saltarse un par de páginas "porque no son importantes" o hacerlo de memoria. Fíjate bien en los dibujitos y ten en cuenta que, si se han molestado en recalcar algo no es porque son así de guays o porque estaban aburridos, sino porque es importante. Analiza la pieza que tengas que usar en ese momento y asegúrate de que es esa antes de colocarla... da igual que para lograrlo tengas que darle un montón de vueltas al dibujo o incluso girar sobre la pieza en sí como si estuvieses haciendo el baile de San Vito... haz lo que sea necesario porque si te equivocas vas a tener que desmontarlo todo, no intentes convencerte de que "total, es muy parecido, igual así también sirve".
SEXTO PASO.
Si rompes algo, pierdes algún tornillo, descubres que una de las maderas está un poco estropeada o cualquier tipo de percance (que seguro pasa), no desesperes y, sobre todo, no abandones. Piensa que aunque tenga una punta un poco doblada le vas a querer igual y, al fin y al cabo, podría ser la marca de la casa... lo mismo una banda de ladrones entra a robar en el vecindario, la policía los detiene (ja ja) y recupera las cosas robadas (más ja), y sólo tú puedes identificarlo por esa mella que tanto te traumatizó hacerle... nunca se sabe, la vida da muchas vueltas.
SÉPTIMO PASO.
Si todo ha salido como debería, ya lo tendrás montado, sólo espero que no lo hayas hecho en una habitación de la que lo tengas que sacar... y cuya puerta no sea lo suficientemente grande para hacerlo. A veces pasa.
OCTAVO PASO.
Date una palmadita en las espalda y permítete el capricho de gritar cual lobo que aúlla a la luna "¡¡LO HE LOGRADO!!, ¡¡HE MONTADO MI PRIMER MUEBLE DE IKEA!!".
CONSEJOS PRÁCTICOS.
* Si el mueble lleva cristal tienes que extremar las precauciones... pero sin pasarte. No hace falta sujetarlo como si se fuera a cascar sólo con mirarlo ni añadir 10 dosis más de estrés al montaje, no vas a conseguir nada y lo vas a pasar peor.
* Nunca, repito, nunca, te estrenes en el montaje de un mueble de Ikea con un armario zapatero (sólo es apto para expertos altamente cualificados y que lleven 48 horas de concentración previa). Es posible que jamás superes el trauma y no sólo seas incapaz de volver a la tienda, sino que te saldrá urticaria sólo de ver el anuncio por la tele.
Tu primer mueble, por mucho que montes toda la casa, siempre será especial para ti. Trátalo con cariño y, cada vez que vaya una visita a casa, muéstralo orgulloso.
En mi caso es una mesilla... ¿y en el tuyo?
3 comentarios:
Una silla.
Para estar mas comodo delante del ordenata.
A mi me hicieron falta algunos pasos mas para dejarla bien serian las prisas.
Lo primero es tomar la determinación de hacerlo, conozco algún caso de alguien que compró un mueble y lo dejó sin desempaquetar durante un año. Una año cogiendo polvo en la esquina de la casa.
Y si , los muebles de cristal dan mucho stress.
¡Eres genial!. ¿Has pensado vender tu "catálogo de instrucciones" a Ikea?. Seguro que lo pagan bien.
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