¿Alguien cree que una carpeta con música puede ayudar a conocerse a uno mismo? Yo estoy cada día más convencida de que es así.
Calculo que puse internet en casa allá por el 2.002 (madre mía, parece que ha pasado mucho más tiempo) y, cuando conseguí instalar el "Kazaa" (en aquella época el emule no estaba de moda... o al menos yo no lo conocía) y aprender a bajar canciones, abrí una carpeta de música: "varios". Ahí recopilaba las canciones que sonaban en ese momento en la radio y me gustaban y otras más antiguas que, por alguna razón, recordaba. Era como hacer la versión sofisticada de una cinta de casette de remix (no lo neguéis, todos hemos tenido una alguna vez), pero a lo bestia.
Sigo haciéndolo (ya tengo más de 170) y, por supuesto, escuchándolas. Y esa es la razón de que esté escribiendo esto ahora mismo; cada vez que abro esa carpeta y dejo que suenen las canciones de manera aleatoria, me sorprendo pensando "¿en qué momento me ha gustado eso a mí?". No me pasa con todas, obviamente la gran mayoría siguen siendo de mi agrado, pero hay un pequeño grupo que siempre estoy tentada de borrar... y creo que no debo hacerlo, porque no deja de ser el testigo de un momento que pasé en mi vida, ya fuese bueno o malo. Y algún día, dentro de muchos años, no pensaré "¿me gustaba esto?", sino que sonreiré al escucharlas y viajar mentalmente a esa época y, con suerte, al día exacto en el que esa canción se convirtió en algo especial para mi.
Por eso creo que debemos guardar todas esas cosas (he ahí la razón para que haya hecho la recopilación de "series de nuestra infancia") que nos recuerdan lo que fuimos alguna vez, por muy diferentes que seamos ahora.
Quizá vivir de recuerdos no sea la mejor idea... pero renunciar a ellos es peor aún.
Calculo que puse internet en casa allá por el 2.002 (madre mía, parece que ha pasado mucho más tiempo) y, cuando conseguí instalar el "Kazaa" (en aquella época el emule no estaba de moda... o al menos yo no lo conocía) y aprender a bajar canciones, abrí una carpeta de música: "varios". Ahí recopilaba las canciones que sonaban en ese momento en la radio y me gustaban y otras más antiguas que, por alguna razón, recordaba. Era como hacer la versión sofisticada de una cinta de casette de remix (no lo neguéis, todos hemos tenido una alguna vez), pero a lo bestia.
Sigo haciéndolo (ya tengo más de 170) y, por supuesto, escuchándolas. Y esa es la razón de que esté escribiendo esto ahora mismo; cada vez que abro esa carpeta y dejo que suenen las canciones de manera aleatoria, me sorprendo pensando "¿en qué momento me ha gustado eso a mí?". No me pasa con todas, obviamente la gran mayoría siguen siendo de mi agrado, pero hay un pequeño grupo que siempre estoy tentada de borrar... y creo que no debo hacerlo, porque no deja de ser el testigo de un momento que pasé en mi vida, ya fuese bueno o malo. Y algún día, dentro de muchos años, no pensaré "¿me gustaba esto?", sino que sonreiré al escucharlas y viajar mentalmente a esa época y, con suerte, al día exacto en el que esa canción se convirtió en algo especial para mi.
Por eso creo que debemos guardar todas esas cosas (he ahí la razón para que haya hecho la recopilación de "series de nuestra infancia") que nos recuerdan lo que fuimos alguna vez, por muy diferentes que seamos ahora.
Quizá vivir de recuerdos no sea la mejor idea... pero renunciar a ellos es peor aún.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo contigo. No puede haber nada peor que no tener nada que recordar.
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