Hoy he ido al dentista a una revisión... y ha empezado raro el asunto, porque la semana pasada fui a una limpieza y, aunque la lógica dice que sería más normal hacerlo al revés (primero revisión, después limpieza) se empeñaron en hacerlo así. Pues vale.
Detalles sobre la limpieza aparte (a la chica debieron caerle mal mis encías porque se cebó con ellas a gusto, sobre todo con la zona de las paletas superiores), lo de esta tarde ha sido como una especie de película de ciencia ficción.
He entrado en la consulta, he mirado con respeto a la camilla esa que tienen y que acojona sí o sí (casi tanto como la del ginecólogo), me he sentado y me he preparado para el foco en la cara y para ser interrogada por un ser extraño que sólo tiene dos ojos y una mascarilla en la cara.
"Me recuerdas a mi prima" (esa ha sido la primera frase que he oído)... "bueno, quizá te pareces más a mi tía... pero en joven, claro" (¿es cosa mía o me está haciendo la pelota?)... "¿cuántos años tienes?, ¡¡28!! pues pareces más joven" (definitivamente , me está haciendo la pelota).
Después de eso me ha metido un espejo en la boca, me ha sobado los labios, ha estado a punto de desencajarme la mandíbula y me ha empezado a echar aire a través de un tubito... ¿para qué? Es un misterio para mí. Entonces se ha apartado, se ha quitado la mascarilla (todo esto lo supongo porque entre que estaba sin gafas y tenía la luz en la cara no veía demasiado bien, la verdad) y ha dicho "con bocas como esta, los dentistas nos arruinaríamos".
¡¡Mola!!
Parece ser que tengo la boca genial, sin una caries, ni una mínima inflamación; me ha pedido que no haga propaganda del cepillo y la pasta de dientes que uso (el cepillo de es "
Vitis" y la pasta de "
Lacer"... jejeje...) y que siga así... todo precioso, ¿verdad? Pues ahora ha venido lo mejor de todo... cuando estaba a punto de levantarme, se ha inclinado sobre mí, me ha metido no sé qué cosa metálica en la boca y me dice... ¡¡¡que tengo
bruxismo!!! ¿Qué? Me he quedado a cuadros. Claro, yo seguía ahí, salivando más que
el perro de Paulov (o como se escriba)... ¡¡y sin poder defenderme!!
Resulta que hace unos 20 años (que se dice pronto), estaba en el parque con mi aita, mi hermano y la bici y decidí tirarme en plancha contra una barra metálica que había en el suelo... el resultado fue que me hice un agujero en la rodilla, me destrocé el labio y me hice una especie de fisura en la paleta... que lleva conmigo desde entonces y que, aparte de no haberme dado ningún problema, es mi seña de identidad.
Claro, ella ha visto un diente "roto" y se ha montado la película mental de que necesitaba una especie de prótesis (que cuesta 150 euros, ahí es nada) y de que poco menos que se me iban a caer todos los dientes si no me la ponía... y cuando he conseguido contarle la historia, ha intentado buscar otra manera de convencerme:
"¿Te duele la cabeza cuando te despiertas?" No.
"¿Duermes con la boca cerrada? No (de hecho, la babilla mañanera demuestra lo contrario).
"¿Te duele el cuello?" No.
"¿Haces ruidos raros al dormir?" No.
"¿Te duele la mandíbula?" ¡¡¡¡Que nooooo!!!!
"De todas maneras yo creo que vas a tener bruxismo, ¿eh? Aunque no tengas ningún síntoma y no haya nada que me haga pensar que es verdad... salvo los 150 euros que cuesta el remedio..." vale, eso último no lo ha dicho, pero seguro que lo ha pensado.
Así que he salido convencida de que me estaba intentando vender la moto... teoría que se ha confirmado cuando le ha dicho exactamente lo mismo a mi marido... y que se tiene que hacer un reconstrucción... ¡¡por una simple caries!! No sé... en mi pueblo para las caries te ponen empastes, no un andamio.
Conclusión: buscaremos otro dentista del que nos fiemos... ¡¡porque esto huele a podrido!!